... y lechugas, pepinos, tomates, cebollas, yogures, leche, queso, agua... o qué os imaginábais!!... jajajajaja.
Aunque, pensándolo fríamente, también hacen falta un par de esos para volver, pues la de cosas que tengo pendientes sólo la sé yo, bueno, yo y todos los que nos reincorporamos al mundo laboral después de unos días de ¿¿descando??.
Mi casa está patas arriba. La lavadora no para, la plancha echa humo (bueno, eso ya lo hace habitualmente), la nevera necesita suministro y los niños... volverse a ubicar (Dios!!, parecen dos toros en plenos San Fermines!!).
El trabajo sigue igual, tranquilo (menos mal) y el jefe se va mañana de vacaciones (¡¡bieeeeennnn!!). Hoy tengo inspección de sanidad (empiezo bien), menos mal que es algo rutinario y que está todo ok (y que mi compañero no se va hasta la semana que viene).
Mi cabecita sigue de vacaciones. Me sigue oliendo todo a mar y si me apuro mis piel aún está salada... jijijijiji. Conseguí desconectar al cien por cien, y la vuelta, así, me parece mucho más dura, aunque ya se me está pasando la depresión postvacacional (me duró diez minutos, los siguientes después de sonar el despertador).
Nos lo hemos pasado genial. Al final no nos quedamos en Ourense, salimos y todo fue perfecto (menos algún día muy nublado). Ya os contaré y os pondré alguna que otra fotillo. Hoy estoy aterrizando y deshaciendo el equipaje y todavía no sé dónde puse la cámara de fotos.
Sara casi no tiene pañal (nos costó un par de shorts mojados) y Martín se lanzó a caminar como un loco. La playa les sentó genial, casi tanto como a mí.
Volveremos...jejejejeje.
Ahora me toca ponerme al día en vuestros blogs.
Poco a poco...